10 adaptaciones culturales que todo venezolano en Francia debe hacer para integrarse
El viejo adagio que reza “A donde fueres haz lo que vieres” es muy cierto. Si queremos integrarnos en una nueva cultura, debemos hacer un esfuerzo por realizar ciertas adaptaciones culturales, que quizás a nosotros nos parezcan insólitas, e incluso a veces hasta tontas.
11/4/20246 min leer


Llegar a Francia es emocionante, ¡pero también todo un reto! Vivir en un país con costumbres tan diferentes puede ser una experiencia divertida, llena de sorpresas, y a veces un poco confusa. Si eres venezolano y estás empezando tu vida en Francia, o llevas poco tiempo aquí, hay varias adaptaciones culturales que pueden ayudarte a integrarte mejor. Te comparto diez cosas que te harán la vida más fácil y harán que te sientas como en casa en poco tiempo.
1. Dominar el francés… o Intentarlo al Menos
Sí, esto puede parecer obvio, pero aprender francés realmente hace la diferencia. A veces el inglés te sacará de un apuro, pero para sentirte realmente cómodo y poder entender a los demás en cualquier situación, el francés es esencial. Al principio, puede dar un poco de miedo, pero no pasa nada si te equivocas; lo importante es hacer el intento. Los franceses valoran mucho que intentes hablar su idioma, ¡y hasta te pueden ayudar si ven que tienes buena actitud!
Toma cada interacción como una oportunidad para aprender. Ya sea pidiendo un café o preguntando direcciones, lánzate a hablar. Poco a poco te irás soltando, y cuando menos lo esperes, estarás entendiendo chistes y conversando de temas más complejos. Aprender francés también te permitirá conocer mejor la cultura, porque, como dicen por ahí, el idioma es la puerta de entrada a cualquier país.
2. Ser Puntual… de Verdad
En Francia, la puntualidad es súper importante. Aquí no existe eso de “llego en cinco minuticos”, porque en realidad se espera que llegues a la hora exacta o incluso un poco antes. Ser puntual muestra que valoras el tiempo de los demás, y es algo que los franceses aprecian bastante. ¡Así que toca ajustar el reloj y planificar mejor!
Si no estás acostumbrado, al principio puede ser complicado, sobre todo cuando tienes que coordinar el transporte público o anticiparte al tráfico. Un buen truco es calcular cuánto te demoras en realidad en llegar a un sitio y añadir unos minutos extra para asegurarte de llegar a tiempo. Créeme, los franceses notarán y valorarán tu esfuerzo.
3. Entender las Costumbres en la Mesa
La comida es sagrada en Francia, y no solo por la calidad de los platos, sino también por la forma en que se come. Aquí, el almuerzo y la cena son momentos importantes, y a diferencia de Venezuela, donde a veces comemos rápido o de pie, en Francia se disfruta con calma y en compañía. Los franceses suelen almorzar a medio día y cenar alrededor de las 7:30 u 8:00 pm, así que toca acostumbrarse a estos horarios para no sentir hambre entre comidas.
Además, en Francia la comida suele ser más ligera. Los platos están muy bien pensados, y hay toda una cultura detrás del comer bien y saludable. Aprovecha esta oportunidad para descubrir ingredientes y sabores nuevos. Además, es común hacer una pausa y disfrutar el momento, algo que a veces se nos olvida en el ajetreo de la vida diaria.
4. Espacio Personal: ¡Cuidado con los Abrazos!
Aquí es donde muchos latinos, y en especial los venezolanos, tenemos que hacer un pequeño ajuste. Los franceses son más reservados con su espacio personal, y aunque son amables, no suelen mostrar tanta cercanía física como nosotros. A veces un apretón de manos es suficiente, incluso entre amigos, y los abrazos o besos son más para ocasiones especiales.
No es que sean fríos; es simplemente una forma de respetar el espacio personal. Puede que al principio te sientas un poco extraño, pero si lo piensas bien, tiene sentido. La ventaja es que cuando un francés te da un abrazo, sabes que es sincero. Con el tiempo, descubrirás que puedes hacer grandes amistades aquí, aunque al principio tomen un poco de distancia.
5. Ir al Grano al Hablar
Mientras que en Venezuela somos muy expresivos y a veces damos rodeos para suavizar las cosas, en Francia la comunicación es directa y clara. Aquí se valora que digas lo que piensas sin tanta vuelta, lo cual puede ser un cambio interesante. No se trata de ser brusco, sino de hablar con franqueza y expresar lo que necesitas o sientes de forma directa.
Al principio, esto puede parecer un poco intimidante, pero pronto notarás que es liberador. Además, los franceses aprecian que seas sincero y confían más en alguien que les dice las cosas tal y como son. Si te encuentras en una situación en la que no sabes cómo expresarte, lo mejor es ser lo más claro posible, sin preocuparte demasiado por adornar cada frase.
6. Vestir con Estilo, Incluso para Cosas Cotidianas
Francia es famosa por su moda, y no solo en París. Aquí, la gente presta mucha atención a cómo se viste, incluso en el día a día. No se trata de gastar mucho dinero, sino de escoger prendas básicas y bien cuidadas, en tonos neutros, que combinan entre sí. ¡Es como un estilo de vida! Si vienes de una cultura más relajada con la ropa, este cambio puede ser interesante.
Además, vestirse bien también hace que te sientas más confiado y cómodo en cualquier entorno. Adaptarse al estilo francés no significa que debas dejar de lado tu propio estilo, sino encontrar un equilibrio que te haga sentir a gusto y que encaje con el entorno. Es una forma divertida de expresar quién eres y de integrarte al mismo tiempo.
7. Paciencia con la Burocracia
La famosa burocracia francesa puede ser frustrante, sobre todo si vienes de un sistema más ágil. En Francia, todo lleva tiempo y se necesita mucha paciencia para hacer trámites, ya sea para obtener tu residencia, abrir una cuenta bancaria o registrar un contrato de alquiler. Los papeles y la organización son clave, así que prepárate para tener mucha paciencia.
Una buena práctica es mantener todos tus documentos organizados y listos para cada ocasión. También es útil familiarizarte con las webs de las instituciones, donde a veces puedes hacer algunos trámites en línea y así evitar esperas. La burocracia francesa es todo un proceso de aprendizaje, pero con paciencia se puede llevar bien.
8. Disfrutar de la Cultura de la “Terrasse”
Los franceses adoran pasar tiempo en las terrazas de los cafés, y no es solo para tomar algo, sino también para relajarse, leer un libro o charlar sin prisa. En primavera y verano, las terrazas se llenan y se convierten en un punto de encuentro social. Unirse a esta costumbre es una forma de integrarse y disfrutar del ambiente sin sentir que tienes que hacer algo en específico.
Las terrazas francesas son el lugar ideal para observar la vida local, reflexionar un poco y desconectar. Si tienes un café o un lugar de encuentro favorito, hacer de la terraza un espacio habitual te permitirá integrarte y entender mejor el ritmo de vida aquí. ¡Así que siéntate, pide un café y disfruta!
9. Participar en las Fiestas y Festivales Locales
Francia es un país lleno de festivales y celebraciones. Desde el Día de la Bastilla hasta los festivales de vino y las ferias artesanales, siempre hay algo en lo que puedes participar. Estas festividades no solo son divertidas, sino también una excelente oportunidad para conocer la cultura y las tradiciones locales. Además, puedes hacer nuevos amigos y aprender sobre la historia de cada región.
Busca información sobre los eventos que ocurren en tu zona, y anímate a ir, aunque no conozcas a nadie. Participar en las celebraciones te dará una perspectiva más profunda de la vida en Francia, y puede hacer que te sientas parte de la comunidad. Además, ¡es una excelente excusa para probar comida típica y disfrutar del ambiente festivo!
10. Aprovechar el Transporte Público
El transporte público en Francia es increíblemente eficiente. Moverse en metro, tren o autobús es mucho más sencillo y económico que depender de un carro, y es el método de transporte más común en ciudades grandes y medianas. Al principio, puede parecer un poco abrumador, pero una vez que te familiarizas, te das cuenta de lo conveniente que es.
Estudia el mapa del metro o las rutas de autobuses de tu ciudad y anímate a explorar. Con el transporte público, podrás conocer no solo tu zona, sino también otras ciudades y regiones de Francia. Moverte en tren es una gran ventaja, y te permitirá descubrir paisajes y lugares maravillosos que quizás no habías considerado.
Conclusión
Adaptarse a Francia es una aventura en sí misma, llena de experiencias y aprendizajes. Cada pequeña adaptación cultural es un paso más para sentirte parte de este país y hacer de Francia un hogar. Recuerda que cada cambio en la vida es una oportunidad para crecer y ver el mundo con otros ojos. Así que, ¡adelante! Disfruta cada momento, adapta lo que te sirva, y poco a poco te darás cuenta de que la integración será algo natural y gratificante.
A continuación te dejo una lista de algunos libros que podrían ser de utilidad en este proceso de integración:
Mi vida en Francia (Julia Child, 1996)
La Seduction: How the French Play the Game of Life (Elaine Sciolino, 2011)
The Sweet Life in Paris (David Lebovitz, 2009)
50 Reasons to Hate the French (Jules Eden y Alex Clarke, 2006)
French or Foe? (Polly Platt, 2003)
Las francesas no engordan (Mireille Guilano, 2007)
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