11 de abril en Venezuela: ¿Golpe de Estado o rebelión popular?

Explora en este artículo “11 de abril en Venezuela: ¿Golpe de Estado o rebelión popular?” los hechos, versiones y heridas de una fecha que marcó a toda una generación.

ANALISIS

4/11/20254 min leer

El 11 de abril de 2002 no es una fecha cualquiera en la memoria colectiva de los venezolanos. Es un día cargado de emociones, divisiones, preguntas sin respuesta y heridas abiertas. Para muchos, fue el día en que un pueblo se alzó contra un gobierno que consideraban autoritario. Para otros, fue el inicio de un golpe de Estado orquestado por sectores económicos, políticos y mediáticos. Y para la gran mayoría, fue un día confuso, doloroso y transformador.

Yo vivía en Caracas en ese entonces. Tenía poco más de 30 años, y aunque no estaba metido de lleno en la política, era otro ciudadano más ARRECHO con el estado actual de las cosas. Las calles olían a tensión, los discursos eran cada vez más incendiarios, y el ambiente estaba cargado. Lo que vino ese 11 de abril cambió no solo al país, sino también a toda una generación. No fueron pocos los venezolanos que decidieron irse del país, a raíz de lo acontecido ese día.

En este artículo te invito a que exploremos juntos lo que realmente pasó, lo que aún se debate, y por qué, a más de dos décadas de distancia, seguimos preguntándonos: ¿Fue un golpe de Estado o una rebelión popular?

Un contexto inflamable

Para entender el 11 de abril, hay que retroceder un poco. Hugo Chávez había llegado al poder en 1999 con una ola de apoyo popular sin precedentes. Su propuesta de refundar la República, redactar una nueva Constitución y dar poder a los sectores históricamente marginados cautivó a millones. Pero también comenzó a generar rechazo en otros sectores: empresarios, medios de comunicación, parte de la Iglesia, sindicatos, gremios profesionales y, sobre todo, la vieja clase política.

En los primeros años del gobierno chavista, la polarización se fue intensificando. Discursos confrontacionales, expropiaciones, denuncias de corrupción, huelgas, cacerolazos, marchas y contramarchas eran el pan de cada día. Y en el centro de todo: el petróleo.

Cuando el gobierno tomó medidas sobre PDVSA que afectaban intereses internos y externos, se encendió la mecha.

La marcha del 11 de abril

Ese jueves, la oposición había convocado a una gran marcha desde el Parque del Este hasta PDVSA Chuao. Era una manifestación en rechazo a la politización de la industria petrolera y en defensa de la "meritocracia". Pero en el calor del momento, los liderazgos decidieron cambiar el rumbo y llevar la marcha hasta el Palacio de Miraflores, sede del gobierno.

Allí ya se encontraba una concentración de simpatizantes chavistas. Las dos manifestaciones se aproximaron peligrosamente. El caos era inminente.

Lo que vino después es dolorosamente conocido: disparos, muertos, heridos, confusión, transmisiones televisivas interrumpidas, cadenas presidenciales, y un ambiente de guerra civil.

Golpe o rebelión: dos visiones enfrentadas

Para unos: Golpe de Estado

  • Existieron planes previos para derrocar a Chávez.

  • Participación de altos mandos militares.

  • Apoyo explícito de algunos medios de comunicación.

  • El autoproclamado gobierno de Pedro Carmona Estanga anuló la Constitución y disolvió los poderes públicos.

Para otros: Rebelión popular

  • El pueblo se alzó de manera espontánea ante un gobierno autoritario.

  • La masiva movilización ciudadana fue el detonante.

  • Chávez habría perdido el respaldo de las masas.

  • La acción de los militares fue una respuesta al clamor popular.

Las 48 horas más extrañas de nuestra historia

Durante dos días, Venezuela estuvo en el limbo. Chávez fue arrestado, llevado a la isla de La Orchila, y luego traído de vuelta. Carmona se juramentó como presidente sin respaldo constitucional. En menos de 48 horas, todo se revirtió.

El chavismo regresó con más fuerza, con sed de venganza y con la narrativa de que habían derrotado un golpe fascista. La oposición quedó descolocada, fragmentada, deslegitimada.

Heridas que siguen abiertas

Para los que vivimos ese día, el 11 de abril sigue siendo un tema sensible. Aún hay preguntas sin responder:

  • ¿Quiénes dispararon desde el Puente Llaguno?

  • ¿Cuál fue el papel real de los medios?

  • ¿Qué sabía realmente el Alto Mando Militar?

  • ¿Fue todo planeado o simplemente se desbordó?

Cada año, esta fecha es recordada desde trincheras distintas. Pero hay algo que nos une: el dolor de los caídos, la incertidumbre de esos días, y la sensación de que allí empezó una nueva etapa en nuestra historia.

Mirando desde lejos: la perspectiva del exilio

Hoy, muchos venezolanos vivimos fuera del país. Francia, Estados Unidos, España... Cada quien cargando con su historia, su nostalgia y sus recuerdos. Y cuando llega el 11 de abril, nos invade esa mezcla de tristeza, rabia y reflexión.

Lo vemos con otros ojos. Con distancia. Con más madurez tal vez. Y nos preguntamos: ¿valió la pena? ¿Qué aprendimos? ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Reflexión final

El 11 de abril no es blanco o negro. Es una fecha con muchas capas, muchas versiones, muchas heridas. Fue golpe. Fue rebelión. Fue caos. Fue esperanza. Fue miedo. Fue todo eso junto. Pero sobre todo, fue un punto de quiebre. Porque después de ese día, Venezuela ya no fue la misma. Ni sus líderes. Ni su pueblo. Ni nosotros.

Esta es mi apreciación como un simple ciudadano de a pie. Si deseas profundizar en este tipo de temas, de la mano de un verdadero especialista, por favor visita la página del coronel Antonio Guevara.