20 años no es nada
Así como reza la legendaria canción de Carlos Gardel, a mí también me parece que este primer año que he vivido en Francia, ha pasado demasiado rápido. Estoy seguro de que en algún momento se comenzarán a ver las costuras. Pero por ahora, disfrutaré de mi luna de miel, porque 20 años no es nada.
REFLEXIONES
9/25/20246 min leer


Con esta lapidaria frase, inmortalizada por el gran Carlos Gardel, en su tango “Volver” de 1935, quise abrir este artículo.
En este caso, yo diría “1 año es muchísimo”. Y me refiero específicamente a mi primer año en Lyon, Francia. Ha sido un año lleno de interesantes experiencias (realmente en su gran mayoría positivas, agradables), de grandes aprendizajes y de reflexiones.
Dicho esto, quisiera compartir con ustedes, LAS 8 COSAS QUE MAS ME HAN GUSTADO DE FRANCIA, más específicamente Lyon, en mi primer año como inmigrante.
1) Liberté, Égalité, Fraternité (Libertad, igualdad, fraternidad): estas consignas, tan arraigadas en la cultura de los franceses, desde tiempos de la Revolución Francesa (1789), son sin lugar a dudas, pilares de su sociedad, hasta el sol de hoy. Sin importar de donde vengas, o cuales hayan sido las circunstancias por las que debiste dejar tu país de origen, una vez entras en territorio francés, eres tratado con respeto, tus derechos son defendidos y pasas a ser uno más, de esta gran nación.
Incluso siendo un asilado, desde el mismo momento en que se solicita el asilo, ya nos hacemos acreedores de una serie de beneficios que resultan incluso impensables en nuestro propio país. Por ejemplo en temas de transporte, alimentación, vivienda, salud, acceso a parques, museos, etc. son muchas las ayudas que se reciben.
2) La puntualidad: no toda mi vida fui puntual. Lo admito. Pero sí, por lo menos desde principios de los años 90, cada vez se fue arraigando más en mí esa cualidad. Me considero una persona bastante puntual, y siento que el no valorar el tiempo de los demás, es una falta de respeto hacia ellos. El tiempo es el bien mas preciado, pues transcurre indefectiblemente queramos o no. Así que es imperativo darle el mejor uso posible. En Francia, la puntualidad es altamente valorada y es terriblemente mal visto el hecho de llegar tarde a una cita.
Y no me refiero al “tarde” del cual venimos acostumbrados en Latinoamérica, que por lo general se trata de 30 minutos o hasta más. Es que para un francés, 5 minutos son ya un exabrupto. Y lo ilustro con este ejemplo que me sucedió en el restaurante donde trabajo: cierto día, llegué al restaurante a las 7:58 am y la directora me dijo “Llegaste tarde”. Yo miré mi reloj y se lo mostré, diciéndole sorprendido :”¿Cómo que tarde, si entro a las 8am y aun no son?”, a lo cual ella respondió: “Es a las 8am en su lugar de trabajo, en la cocina, cambiado y listo para trabajar. No a las 8am dentro del restaurante”. Quizás algunos vean este ejemplo como un poco extremo, pero créanme que en la cotidianidad, es muy reconfortante ver que cuando una pantalla anuncia un tiempo de espera para un autobús, tren, etc. es en realidad, el tiempo que vamos a esperar.
3) Su gastronomía : siendo cocinero profesional, es imposible pasar por alto el tema de la comida. La variedad, frescura y calidad de los productos es apabullante. Es totalmente factible conseguir excelentes productos, a veces a unos precios que me dejan la duda de, si de verdad alguien estará ganando dinero por su comercialización. Por ejemplo, he comprado un saco de 5 kilos de papas en menos de 5€, lo cual equivale a menos de 1€ por kilo. Y así, podría relatar un sinfín de ejemplos: trucha, champiñones, salmón, gambas, pato, cordero, variedades de patés, en fin, es posible comer muy delicioso sin tener que gastar grandes sumas de dinero.
Igual sucede al comer en la calle, la oferta gastronómica es super diversa y se adapta a todos los gustos y presupuestos: desde conseguir un croissant en un supermercado por 0.50€ , hasta conseguir un corte de carne de 42€, aquí hay para todos los bolsillos.
4) Medios de transporte : he podido experimentar de primera mano, lo amistosa y humana de la ciudad de Lyon en lo que a transporte urbano se refiere. La ciudad está total y absolutamente interconectada por una amplia red que comprende: 4 líneas de metro, 7 líneas de tram y un poco mas de 100 líneas de autobús. Con precios especiales para estudiantes, personas de la tercera edad y refugiados, es posible circular de punta a punta la ciudad sin tener que gastar mucho dinero. También, la mayoría de las estaciones de metro cuentan con escaleras mecánicas y/o ascensores, lo cual hace fácil el movilizarse con maletas, sillas de rueda o a los ancianos.
En los autobuses es común conseguir puertos USB para cargar nuestros teléfonos, además de muchas veces contar con aire acondicionado (en verano) o calefacción (en invierno). Así como compartimientos (pequeñas plataformas) para colocar los bolsos.
5) Agua potable : viniendo de vivir en una isla, donde debido al calor, se consume muchísima agua, fue para mi una de las mas sabias decisiones, haberme llevado mi propio filtro de agua desde Venezuela, cuando salí en 2016. Eso me ahorró sin lugar a dudas miles de dólares al año. Cuando me enteré de que en Lyon el agua era potable, respiré. No solo es un ahorro significativo, sino que con solo tener conmigo una botella de plástico, puedo recargar en todas partes: un baño público, un bebedero, incluso surtidores de agua que existen en muchos parques públicos. Esta es una de las cosas que mas le gustan de acá.
6) Aceptan el pago con tarjeta en casi todas partes, y por montos muy pequeños: si bien no puedo decir que es en el 100% de los sitios, una gran cantidad de establecimientos aceptan el pago con tarjeta de crédito o débito. Y por montos a veces tan bajos como 1.50€ . Así que muchas veces, si uno está en la calle y desea tomarse un café, un refresco, una cerveza y no tiene efectivo, pues puede tranquilamente hacerlo usando su tarjeta de débito.
7) Cajas de auto pago en supermercados y tiendas: una de las cosas que más me sorprendió y agradó descubrir en Francia, es el tema de las cajas de auto pago. Donde uno puede hacer su compra (mercado por ejemplo) y en vez de esperar haciendo cola en una caja, para ser atendido por un cajero, uno simplemente va a las cajas especiales, escanea uno mismo sus productos, paga y se va. Además existe la modalidad de pagar sin tener que colocar la clave, sino que tan solo acercamos la tarjeta de debito al terminal (se le conoce como pago sin contacto).
Claro, esto último tiene su parte positiva y negativa: por un lado, al evitar el uso del teclado, se disminuye el riesgo de contraer algunos virus como el Covid por ejemplo. Sin embargo, también facilita al pago a quien se haya apropiado de nuestra tarjeta de forma indebida (ladrones). Es por ello, que generalmente, el pago “sin contacto” se limita a montos bajos.
Una anécdota al respecto es la siguiente: cuando comenzaba el invierno, fui con mi esposa a abastecernos de algunas prendas típicas para el invierno, en una cadena de ropa y accesorios, muy grande en Europa, llamada Decathlon. Al momento de pagar, optamos por una de estas cajas de auto pago, en la cual había una cesta para ir depositando los artículos.
Pues resulta que yo (por desconocimiento) iba escaneando los productos, uno por uno, antes de lanzarlos en la cesta. Y pues resulta que la cesta, estaba equipada con un lector que contabilizaba el precio de la prenda de forma automática. Es decir, que yo estaba escaneando todo 2 veces sin saberlo, por lo que la factura sería el doble. Afortunadamente un empleado se dio cuenta y me advirtió de mi error.
8) Tienen parques caninos: si bien en Venezuela conocí muchos parques a donde la gente llevaba a sus perros, no recuerdo haber visto un parque canino como tal. Aquí tuve la oportunidad de llevar varias veces a mi perro a este tipo de parques, los cuales se caracterizan por estar completamente cercados, tienen una reja doble para entrar (lo cual impide al perro escapar) y una vez adentro, pueden andar libremente, sin correa, con acceso a juegos (túneles, troncos, toboganes, etc.) y además tienen bebederos especiales. Esto simplemente me encantó, y mas aun a mi perro.
Quizás se me hayan quedado algunas por fuera, pero estas son en líneas generales, las cosas que mas me han gustado hasta ahora. Y sí, antes de que me lo pregunten: hay también cosas que no me gustan de este país, pero no me interesa (al menos por ahora) criticar la casa de quien me abrió sus puertas sin siquiera conocerme. No todo puede ser color de rosa, es lógico. Pero de lo que sí estoy seguro, es de que si pongo en una balanza lo bueno y lo malo que he encontrado aquí, indiscutiblemente las cosas buenas, superan con creces a las malas.
Espero, como siempre, que este artículo les haya resultado útil, interesante o al menos entretenido.
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