Una divertida y verídica historia en Navidad
En esta verídica y divertida historia de Navidad, podrás posiblemente sentirte identificado. Algunos nombres han sido modificados, para proteger la identidad de los protagonistas.
CUENTOS
12/7/20213 min leer


Como todos los Diciembres desde que comencé a vivir con una repostera (hace casi 10 años ya) es tradición hacer la inigualable "torta negra ".
Lo que comenzó como una tradición familiar, simplemente para compartir en casa con los amigos , fue evolucionando a un negocio estacional. Lo hicimos en Caracas, en Anzoategui, en Sint Maarten y obviamente ahora en Lyon, Francia.
Como recién llegados a estas tierras , buscando posicionarnos en el mercado latino local, como punto de partida para la operación repostera y gastronómica; no podían faltar las hallacas, el pan de jamón y por supuesto, la torta negra.
El secreto de la torta negra es lo que se conoce como "el macerado": una suerte de sambumbia ancestral, con los ingredientes y cantidades originales, más los que va añadiendo cada generación, cada familia, cada repostero. En consecuencia, no hay 2 macerados iguales.
Hablamos de frutos secos (Avellanas, Almendras, nueces, etc) pasas, frutas confitadas, y varias esencias y especias (Gengibre, Nuez moscada, Canela, etc) y por supuesto las bebidas (espirituosas y no espirituosas) que le darán ese sabor fuerte. Entre ellas la cerveza negra.
Yo soy poco amante de la cerveza negra, y mi última experiencia fue en Sint Maarten, donde pedí la archiconocida Guinness y la detesté. Sin embargo, recordando su fuerte presencia, decidí que era la indicada para la preparación.
Una vez mezclados los ingredientes secos, se comienzan a adicionar los líquidos. Y llegado el momento, me tocó vaciar una lata de 500cc en una ponchera que contenía, no un sinnúmero de ingredientes que fuimos buscando en diversos sitios, ni tampoco era el valor monetario de la preparación, era un tema de fe, de esperanza, de replicar experiencias tropicales en la gélida Europa y triunfar en Navidad. Entonces pasó: al terminar de vaciar la lata, escuché un sonido adentro de la misma.
Yo, ignorante por completo del tema de la "cápsula de nitrógeno", temí lo peor:"En esta verga hay un animal muerto o algo y acabo de joder la mezcla para aproximadamente 10 tortas "..... un frío me recorrió la espalda. Me puse más blanco que el Mont Blanc, pero no dije nada.
Con mi mejor cara de Poker me dirigí a la cocina a "botar la lata en la papelera", obviamente teniendo la precaución de haber dejado 1 dedito de cerveza en el fondo, para ser evaluada en secreto, lejos de la mirada de mi mujer.
Primero inhalé. La lata olía bien, demasiado bien (pensé yo) para tratarse de una cerveza que yo detestaba. Acto seguido, me la empiné como se empina una cantimplora el explorador que se perdió en el desierto y toma su último trago de agua.
Sabía a gloria. Terciopelo puro en mi boca. Era como si una vulgar y corriente malta, se acabara de ganar la lotería y decidió ir al cirujano plástico para hacerse una liposuccion. Y le sacaron el 95% del azúcar, reemplazandola por un exquisito alcohol.
Entonces, mire adentro y vi lo que parecía ser una diminuta pelota blanca, de plástico. A todas luces se veía que no era un accidente. Había sido puesta allí intencionalmente. Entonces, en un último suspiro de valentía, recurrí al siempre confiable Google para averiguar que coño acababa de pasar.
Fue allí cuando aprendí sobre la cápsula de nitrógeno y todo ese tema. Mientras el alma me volvía al cuerpo, y yo caminaba de regreso con cara de sobrado a donde mi mujer, como si no había pasado nada, mi mente solo repetía una cosa:
"¡¡Pinches ingleses casi logran que me diera un infarto en mi primera navidad en Francia, Coño!!
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