¿Cómo funciona el cónclave? Todo lo que debes saber sobre esta tradición
Conoce cómo funciona uno de los eventos más misteriosos de la Iglesia católica. En "¿Cómo funciona el cónclave? Todo lo que debes saber sobre esta tradición", te cuento su historia, reglas y curiosidades.
ANALISIS
5/7/202515 min leer


Cuando el mundo católico pierde a su máximo líder, comienza uno de los procesos más fascinantes, secretos y antiguos de nuestra civilización: el Conclave. Si alguna vez te has preguntado cómo se elige al nuevo Papa, qué sucede dentro de la Capilla Sixtina cuando las puertas se cierran o por qué ese humo blanco genera tanta expectación, este artículo te sumergirá en los secretos mejor guardados del Vaticano.
Como venezolano viviendo en Francia, un país con profundas raíces católicas, he descubierto que muchos de mis compatriotas latinoamericanos y franceses sienten curiosidad por estas antiguas tradiciones que siguen vigentes en pleno siglo XXI. Entender el Conclave es comprender una parte fundamental de la historia y la cultura occidental que ha influenciado nuestros países de origen y nuestras naciones de acogida.
¿Qué es exactamente un Conclave?
La palabra "conclave" proviene del latín cum clave, que significa literalmente "con llave". Este nombre no es casual: se refiere a la antigua práctica de encerrar a los cardenales bajo llave hasta que eligieran a un nuevo Papa.
El Conclave es la asamblea de cardenales electores de la Iglesia Católica que se reúne con el único propósito de elegir a un nuevo Sumo Pontífice tras la muerte o renuncia del anterior. Si bien hoy en día los cardenales ya no son literalmente encerrados con llave como en épocas pasadas, sí permanecen completamente aislados del mundo exterior durante todo el proceso de elección.
Este aislamiento no es un simple capricho: busca garantizar que los cardenales tomen su decisión sin presiones externas, influencias políticas o distracciones mundanas. En teoría, solo así pueden estar "abiertos a la inspiración del Espíritu Santo" para elegir al mejor sucesor de San Pedro.
La historia del Conclave: Un proceso moldeado por conflictos y reformas
El método para elegir al Papa no siempre fue el Conclave tal como lo conocemos hoy. En los primeros siglos del cristianismo, cuando ser Papa podía significar una sentencia de muerte durante las persecuciones romanas, la elección era mucho más simple: el clero y los fieles de Roma escogían a su obispo, quien se convertía automáticamente en el sucesor de Pedro.
Pero a medida que el papado ganó poder e influencia, las elecciones se volvieron cada vez más complicadas y susceptibles a presiones políticas. Durante la Edad Media, algunas elecciones papales duraron años, con cardenales divididos por lealtades nacionales o familiares.
El punto de inflexión llegó en 1268, cuando la elección del Papa Gregorio X se prolongó por casi tres años. Los habitantes de Viterbo (Italia), exasperados por la indecisión de los cardenales, llegaron a reducir su alimentación a pan y agua, e incluso removieron el techo del palacio donde se reunían para exponerlos a la intemperie. Finalmente, los cardenales cedieron y eligieron a un nuevo Papa.
Esta situación llevó a Gregorio X a establecer en 1274 las primeras reglas formales del Conclave, muchas de las cuales siguen vigentes hoy en día:
Los cardenales deben ser aislados del mundo exterior
Si después de tres días no hay elección, la comida se reduce gradualmente
Durante el Conclave, los cardenales no pueden recibir rentas
Con el paso de los siglos, distintos papas fueron modificando estas reglas para responder a los desafíos de cada época. El Papa Juan Pablo II realizó la última gran reforma en 1996, estableciendo que los cardenales vivirían en la Casa Santa Marta (una residencia dentro del Vaticano) durante el Conclave, y no directamente en la Capilla Sixtina como antes, mejorando así sus condiciones de vida durante el proceso.
¿Quiénes pueden participar en un Conclave?
No todos los miembros de la Iglesia Católica pueden votar en un Conclave. El derecho a elegir al Papa está reservado exclusivamente a los cardenales, y ni siquiera todos ellos pueden participar:
Solo pueden votar cardenales menores de 80 años al momento de la sede vacante (cuando muere o renuncia un Papa)
El número máximo de cardenales electores está fijado en 120, aunque este límite ha sido ocasionalmente superado
Los cardenales deben estar presentes físicamente para votar (no se permiten votos por correo o delegados)
Esta limitación de edad fue establecida por el Papa Pablo VI en 1970, buscando asegurar que los electores tuvieran la suficiente energía física y mental para el exigente proceso del Conclave.
Los cardenales provienen de todos los continentes y representan la universalidad de la Iglesia Católica. Sin embargo, históricamente ha existido un desequilibrio en su distribución geográfica, con una mayor presencia de cardenales europeos (especialmente italianos). Los últimos papas han intentado diversificar el Colegio Cardenalicio nombrando a más representantes de África, Asia y América Latina.
Las etapas previas al Conclave
Cuando un Papa fallece o renuncia, se activa un periodo conocido como "Sede Vacante" (sede papal vacante). Durante este tiempo:
La muerte del Papa
Si el Papa ha fallecido, el Camarlengo (cardenal encargado de administrar la Iglesia durante la sede vacante) debe verificar oficialmente la muerte. Tradicionalmente, esto se hacía llamando al Papa tres veces por su nombre de pila y golpeando suavemente su frente con un pequeño martillo de plata. Al no obtener respuesta, declaraba formalmente: "El Papa está verdaderamente muerto".
Aunque esta práctica específica ha caído en desuso, el Camarlengo sigue siendo responsable de certificar la muerte del Pontífice y de redactar el acta de defunción oficial.
El funeral papal
Se organizan nueve días de luto oficial, conocidos como "novendiales". Durante este periodo, se celebra el funeral solemne del Papa fallecido, al que asisten jefes de Estado y representantes de diferentes religiones de todo el mundo.
Preparativos administrativos
El Colegio Cardenalicio asume el gobierno temporal de la Iglesia, pero con poderes limitados. El Camarlengo sella el apartamento papal y toma posesión del Anillo del Pescador (sello personal del Papa), que luego es destruido para simbolizar el fin de ese pontificado.
Llegada de los cardenales
Los cardenales electores de todo el mundo viajan a Roma. Antes del inicio del Conclave, participan en reuniones informales llamadas "congregaciones generales", donde discuten los desafíos que enfrenta la Iglesia y pueden presentar discretamente sus visiones sobre el futuro papado.
El desarrollo del Conclave: Día a día
El Conclave moderno suele iniciarse entre 15 y 20 días después de la muerte o renuncia del Papa. Veamos cómo se desarrolla este fascinante proceso:
Primer día: La procesión de entrada
La mañana del primer día, los cardenales celebran una misa solemne en la Basílica de San Pedro, invocando la guía del Espíritu Santo. Por la tarde, vistiendo sus túnicas rojas (que simbolizan su disposición a derramar su sangre por la Iglesia), forman una procesión hacia la Capilla Sixtina cantando el himno "Veni Creator Spiritus" (Ven, Espíritu Creador).
Una vez dentro de la Capilla Sixtina, los cardenales prestan juramento de seguir las reglas del Conclave y mantener secreto absoluto sobre las deliberaciones. Después, el Maestro de Ceremonias pronuncia la famosa frase "Extra omnes" ("Todos afuera"), y todas las personas que no son cardenales electores deben abandonar la capilla.
Las puertas se cierran. El Conclave ha comenzado oficialmente.
Instalación y seguridad
La Capilla Sixtina se transforma por completo para el Conclave:
Se instalan 115-120 tronos simples para los cardenales, cada uno con una pequeña mesa
Se coloca una mesa central para el recuento de votos
Se instalan dos estufas: una para quemar las papeletas y otra para producir el humo que anunciará el resultado
Se implementan sofisticados sistemas anti-espionaje para evitar escuchas o transmisiones
Se cubren las ventanas para evitar que fotógrafos con teleobjetivos puedan obtener imágenes
Se desactivan todos los dispositivos electrónicos
El aislamiento es riguroso. Los cardenales tienen prohibido cualquier contacto con el exterior: no pueden usar teléfonos, ver televisión, navegar por internet, leer periódicos o recibir correspondencia. La única excepción sería en caso de graves problemas de salud que requieran asistencia médica.
La primera votación
Generalmente, se realiza una primera votación la tarde del primer día. Cada cardenal recibe una papeleta rectangular con las palabras "Eligo in Summum Pontificem" ("Elijo como Sumo Pontífice") impresas en la parte superior. Debajo, escriben el nombre de su candidato con letra irreconocible para mantener el anonimato.
El procedimiento de votación es meticuloso:
1. Cada cardenal, por orden de precedencia, se acerca al altar sosteniendo su papeleta en alto
2. Hace un juramento: "Pongo por testigo a Cristo, que me juzgará, que doy mi voto a quien creo que debe ser elegido"
3. Coloca su papeleta en una urna
4. Los escrutadores (cardenales designados por sorteo) cuentan los votos
Para ser elegido Papa, un candidato necesita obtener dos tercios de los votos (por ejemplo, 77 votos si hay 115 cardenales electores). Si nadie alcanza esta mayoría en la primera votación (lo cual es habitual), las papeletas se queman con paja húmeda para producir humo negro, señalando al mundo que aún no hay un nuevo Papa.
Días siguientes: El ritmo de las votaciones
A partir del segundo día, se establecen cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. Antes de cada sesión, los cardenales celebran una breve oración. Entre las sesiones, regresan a la Casa Santa Marta para descansar y comer.
Durante estos días, no hay discursos formales ni debates estructurados. Los cardenales intercambian opiniones durante las comidas y en conversaciones privadas. Con cada votación fallida, las tendencias se van clarificando y algunos candidatos ganan o pierden apoyo.
Las papeletas de cada votación son quemadas inmediatamente después del recuento. Tradicionalmente, se añadía paja húmeda para producir humo negro (ningún Papa elegido) o paja seca para humo blanco (nuevo Papa elegido). Hoy en día, se utilizan compuestos químicos especiales para que el color del humo sea inequívoco.
El momento decisivo: Habemus Papam
Cuando finalmente un cardenal alcanza los dos tercios de los votos necesarios, el Decano del Colegio Cardenalicio se acerca a él y le pregunta: "¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?"
Si el elegido responde "Accepto" (acepto), inmediatamente se convierte en el nuevo Papa. A continuación, se le pregunta qué nombre desea adoptar como Pontífice.
Los cardenales se acercan uno a uno para prestarle obediencia, mientras el nuevo Papa es conducido a la "Sala de las Lágrimas", una pequeña habitación junto a la Capilla Sixtina. Allí, se le presentan tres túnicas blancas de diferentes tallas para que elija la que mejor le quede.
Mientras tanto, el humo blanco comienza a salir de la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo que la Iglesia Católica tiene un nuevo líder. Las campanas de San Pedro comienzan a repicar.
Aproximadamente una hora después de la aparición del humo blanco, el Cardenal Protodiácono sale al balcón central de la Basílica de San Pedro y pronuncia la famosa fórmula: "Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!" ("Os anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa!"). Luego, revela el nombre del cardenal elegido y el nombre papal que ha escogido.
Finalmente, el nuevo Papa aparece en el balcón, pronuncia unas palabras e imparte su primera bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad de Roma y al mundo).
Curiosidades y anécdotas sobre el Conclave
Los Papas que rechazaron su elección
Aunque hoy parezca inconcebible, en la historia de la Iglesia ha habido personas que inicialmente rechazaron ser elegidas Papa:
Gregorio I (590-604): Intentó huir de Roma para evitar ser Papa, pero fue capturado y obligado a aceptar
Celestino V (1294): Un ermitaño que aceptó a regañadientes y renunció cinco meses después, estableciendo el precedente que siguió Benedicto XVI en 2013
Sixto V (1585-1590): Supuestamente fingió estar enfermo y débil antes del Conclave para parecer un candidato de transición, pero una vez elegido, arrojó su bastón y se enderezó, mostrando su verdadera energía
Los conclaves más largos y más cortos
El Conclave más largo ocurrió entre 1268 y 1271, durando 2 años, 9 meses y 2 días, hasta la elección de Gregorio X
El Conclave más corto del siglo XX duró solo 24 horas, cuando Pío XII fue elegido en 1939
El Conclave que eligió a Benedicto XVI en 2005 duró apenas 2 días
Las influencias políticas y los vetos
Hasta principios del siglo XX, algunas potencias católicas (España, Francia y Austria) tenían el derecho de vetar a un candidato papal. Este privilegio, conocido como "ius exclusivae", fue ejercido por última vez en 1903, cuando Austria vetó al cardenal Rampolla. El Papa elegido en ese Conclave, Pío X, abolió inmediatamente esta práctica.
El "Papable" que nunca fue
El cardenal Giuseppe Siri de Génova fue considerado "papable" (candidato viable al papado) en cuatro Conclaves consecutivos (1958, 1963, 1978 y 1978-II), pero nunca fue elegido. Este fenómeno es tan común que existe un dicho en Roma: "Quien entra Papa en el Conclave, sale Cardenal".
La sorpresa de la "fumata"
Durante el Conclave de 2005, hubo confusión cuando el humo que salía de la Capilla Sixtina parecía gris en lugar de claramente blanco o negro. Desde entonces, se reforzó el sistema, añadiendo campanas para confirmar inequívocamente cuando se ha elegido un nuevo Papa.
Los mitos y verdades sobre el Conclave
El Conclave está rodeado de mitos y conceptos erróneos. Aclaremos algunos:
Mito: Los cardenales son encerrados bajo llave
Verdad parcial: Antiguamente, los cardenales eran literalmente encerrados con llave en condiciones a veces precarias. Hoy en día, residen en la Casa Santa Marta, una residencia cómoda dentro del Vaticano, y solo utilizan la Capilla Sixtina para las votaciones.
Mito: Existen facciones permanentes de "conservadores" y "progresistas"
Verdad parcial: Aunque existen diferentes visiones teológicas y pastorales entre los cardenales, las dinámicas son mucho más complejas que una simple división binaria. Las alianzas se forman y disuelven a lo largo del Conclave.
Mito: El Papa debe ser italiano
Falso: Aunque durante casi 500 años (1522-1978) todos los Papas fueron italianos, no existe ninguna regla que requiera que el Papa sea italiano. Juan Pablo II (polaco), Benedicto XVI (alemán) y Francisco (argentino) demuestran esta diversidad reciente.
Mito: El candidato preferido antes del Conclave suele ser elegido
Generalmente falso: Existe el dicho "Quien entra Papa al Conclave, sale Cardenal", que refleja cómo raramente se cumple el pronóstico inicial. Los últimos Papas han sido frecuentemente sorpresas.
Mito: Se realiza una inspección médica para verificar el sexo del Papa
Falso: La leyenda de la "silla perforada" para verificar el sexo del Papa elegido proviene de la historia mitificada de la "Papisa Juana", una supuesta mujer que se habría hecho pasar por hombre y habría sido elegida Papa en el siglo IX. Los historiadores consideran esta historia como una fábula medieval sin fundamento histórico.
El significado del nombre papal
Una de las primeras decisiones que toma el nuevo Papa es la elección de su nombre pontificio. Esta tradición comenzó en el año 533, cuando un sacerdote llamado Mercurio fue elegido Papa y decidió cambiar su nombre por considerarlo inapropiado para un pontífice cristiano (Mercurio era el nombre de un dios pagano). Escogió el nombre de Juan II.
La elección del nombre papal tiene un profundo simbolismo, pues suele indicar a qué Papa anterior admira el nuevo pontífice o qué dirección desea dar a su papado:
Juan Pablo I combinó los nombres de sus dos predecesores, Juan XXIII y Pablo VI, señalando su deseo de continuar sus legados
Benedicto XVI eligió su nombre en honor a San Benito (patrón de Europa) y al papa Benedicto XV (que trabajó por la paz durante la Primera Guerra Mundial)
Francisco escogió un nombre nunca antes utilizado por un papa, en honor a San Francisco de Asís, indicando su deseo de una Iglesia cercana a los pobres y comprometida con el medio ambiente
El nombre elegido por el nuevo Papa es anunciado junto con su identidad en el famoso "Habemus Papam" desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El Conclave en el siglo XXI: ¿Qué ha cambiado?
El Conclave ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, adaptándose a los nuevos tiempos mientras mantiene su esencia:
Mejores condiciones para los cardenales
Los cardenales ya no duermen en espacios improvisados dentro de la Capilla Sixtina como en siglos pasados. Desde el Conclave de 2005, se alojan en la Casa Santa Marta, una residencia moderna con habitaciones individuales, baño privado y áreas comunes confortables.
Mayor diversidad geográfica
El Colegio Cardenalicio se ha internacionalizado progresivamente. Si en 1939 casi el 60% de los cardenales electores eran europeos, hoy esa proporción se ha reducido considerablemente, con mayor representación de África, Asia y América Latina.
Reglas más estrictas de secreto
Las medidas para garantizar el secreto del Conclave se han sofisticado:
Barridos electrónicos de la Capilla Sixtina
Inhibidores de señal para evitar transmisiones
Juramento de secreto bajo pena de excomunión
Prohibición de dispositivos electrónicos
Mayor transparencia en las constituciones apostólicas
Aunque el secreto del voto se mantiene, las reglas que gobiernan el Conclave son ahora públicas y detalladas en documentos oficiales. Juan Pablo II en 1996 (con la Constitución "Universi Dominici Gregis") y Benedicto XVI en 2013 (con el Motu Proprio "Normas Nonnullas") establecieron regulaciones claras sobre el procedimiento.
El Conclave del futuro: Posibles evoluciones
¿Cómo podría evolucionar el Conclave en las próximas décadas?
Posible ampliación del cuerpo electoral
Algunos teólogos y canonistas han sugerido que, en el futuro, podría considerarse la inclusión de otros miembros de la Iglesia en el proceso de elección:
Patriarcas de iglesias católicas orientales que no son cardenales
Representantes de conferencias episcopales
Laicos con roles significativos en la Iglesia
Sin embargo, cualquier cambio de este tipo requeriría una reforma profunda que solo un Papa podría implementar.
Mayor equilibrio geográfico
Es probable que continúe la tendencia hacia un Colegio Cardenalicio más representativo de la distribución global de católicos, con mayor presencia de cardenales de África y Asia, donde el catolicismo está creciendo más rápidamente.
Adaptación a nuevas tecnologías
Aunque se mantiene el aislamiento y el secreto, los futuros Conclaves podrían incorporar sistemas de votación electrónica seguros o métodos más sofisticados para el recuento de votos.
Reflexiones para venezolanos en Francia sobre el Conclave
Como venezolanos viviendo en Francia, el Conclave nos ofrece interesantes puntos de reflexión sobre nuestra doble identidad cultural:
La intersección entre tradición y modernidad
Tanto Venezuela como Francia son países con profundas raíces católicas. El Conclave representa un equilibrio fascinante entre tradiciones milenarias y adaptaciones modernas, algo con lo que muchos inmigrantes pueden identificarse: mantenemos nuestras tradiciones venezolanas mientras nos adaptamos a la vida francesa.
La universalidad dentro de la diversidad
El Conclave reúne a cardenales de todos los continentes y culturas para una misión común. Como venezolanos en Francia, vivimos diariamente esa experiencia de universalidad dentro de la diversidad, construyendo puentes entre nuestras raíces latinoamericanas y nuestra nueva vida europea.
La importancia del liderazgo en tiempos de transición
La elección de un nuevo Papa marca siempre un período de transición para la Iglesia Católica. Los inmigrantes también vivimos constantes transiciones, y entendemos el valor de un liderazgo que puede unir y dar esperanza en tiempos de cambio.
Conclusión: La permanencia de un ritual milenario
El Conclave representa uno de los rituales más antiguos y continuos de nuestra civilización. A pesar de las transformaciones tecnológicas y sociales, este proceso sigue manteniendo su esencia: un grupo de hombres aislados del mundo que, según la tradición católica, buscan la guía divina para elegir a su líder.
En un mundo donde todo parece cambiar a velocidad vertiginosa, el Conclave nos recuerda el valor de algunas tradiciones que perduran. Para nosotros, como inmigrantes, también es un recordatorio de que podemos adaptarnos a nuevas realidades sin perder nuestra esencia.
La próxima vez que veas ese humo blanco emanando de la Capilla Sixtina, sabrás que detrás de ese simple gesto hay siglos de historia, tradiciones cuidadosamente preservadas y un proceso fascinante que sigue captando la atención del mundo entero.
Preguntas frecuentes sobre el Conclave
¿Puede un Papa renunciar?
Sí, aunque es extremadamente raro. El caso más reciente es el del Papa Benedicto XVI, quien renunció en febrero de 2013, siendo el primer Papa en hacerlo en casi 600 años. El último caso anterior fue el de Gregorio XII en 1415.
¿Cualquier católico puede ser elegido Papa?
Técnicamente, cualquier varón católico bautizado podría ser elegido Papa. Sin embargo, desde 1378, todos los Papas han sido cardenales, con la única excepción de Urbano VI. Aunque no existe un requisito canónico de que el Papa deba ser cardenal u obispo, si un laico o un sacerdote fuera elegido, tendría que ser consagrado obispo antes de comenzar su pontificado.
¿Por qué el nuevo Papa cambia de nombre?
La tradición de adoptar un nuevo nombre comenzó en el siglo VI y simboliza el nuevo rol y misión del elegido. El nombre escogido suele indicar la dirección que el nuevo Papa quiere dar a su pontificado o a qué predecesores admira.
¿Cuánto dura normalmente un Conclave?
En la era moderna, los Conclaves suelen durar entre 2 y 5 días. El Conclave que eligió a Benedicto XVI en 2005 duró solo 2 días (4 votaciones). El que eligió al Papa Francisco en 2013 duró 2 días (5 votaciones).
¿Cómo se financia un Conclave?
El Conclave es financiado enteramente por el Vaticano. Aunque representa un gasto considerable (alojamiento, alimentación, seguridad, etc.), está previsto en los presupuestos de la Santa Sede.
¿Los cardenales hacen campaña para ser elegidos?
Oficialmente, no. De hecho, mostrar ambición por el papado está mal visto. Sin embargo, durante las congregaciones generales previas al Conclave, los cardenales tienen la oportunidad de destacar sus visiones sobre los desafíos de la Iglesia, lo que indirectamente puede servir para posicionarse.
¿Qué ocurre si ningún candidato obtiene los dos tercios necesarios después de muchas votaciones?
Según las reglas actuales, si después de 33-34 votaciones (dependiendo de si hubo una primera votación el día inicial) no se ha elegido a nadie, se puede pasar a una mayoría absoluta (50% + 1) en lugar de los dos tercios. Sin embargo, Juan Pablo II modificó esta regla y Benedicto XVI la restauró, manteniendo el requisito de dos tercios en todas las circunstancias.
¿Por qué hay cardenales que no pueden votar?
Los cardenales mayores de 80 años no pueden participar en el Conclave según una reforma del Papa Pablo VI en 1970. La razón: asegurar que los electores tengan la energía física y mental necesaria para el exigente proceso del Conclave.
¿Qué sucede si el Papa elegido rechaza la elección?
Si el cardenal elegido rechaza, el Conclave debe continuar votando hasta elegir a otro candidato. Aunque esto no ha sucedido en la era moderna, históricamente hubo casos de electos que inicialmente rechazaron pero finalmente aceptaron tras insistencia de los cardenales.
¿Qué opinas de todo este interesante y misterioso evento? Déjamelo saber en los comentarios. Comparte este artículo con alguien que esté interesado en seguir de cerca y entender mejor el proceso del conclave.