La depresión
La depresión, es como ese vecino mala conducta, del que nadie quiere hablar en el edificio, pero de quien todos los vecinos saben en lo que anda. Aquí expongo algunos de mis puntos de vista al respecto de este terrible mal “políticamente correcto” y algunas veces hasta romantizado.
AUTOAYUDA
11/27/20214 min leer


Hoy quiero escribir sobre un tema, del que muchos quisieran hablar y muchos conocen muy de cerca, pero pocos se atreven: la depresión.
Según la Clínica Mayo, "La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También denominada «trastorno depresivo mayor» o «depresión clínica», afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales. Es posible que tengas dificultades para realizar las actividades cotidianas y que, a veces, sientas que no vale la pena vivir." Esta definición me parece muy acertada, ya que describe a la perfección lo que es la depresión.
En mi caso yo la veo como una especie de torta o pastel que se va armando por capas. Cada capa corresponde a una tristeza, un duelo en sí misma. Y como tal, requiere de un tiempo para ser debidamente procesado y superado.
El problema sucede cuando comenzamos a apilar capa sobre capa sin haber dado chance a que la capa inferior se cure antes de colocar encima una nueva. Entonces, como una suerte de efecto exponencial, empezamos a "sumar tristezas" que se van haciendo más y más duras, más pesadas y más difíciles de sobrellevar.
A veces equiparo la depresión a un balde de agua que se lanza sobre una fogata: digamos que la fogata es esa chispa inicial, esa energía necesaria para iniciar un nuevo proyecto, la motivación pues.
Todo comienza de mil maravillas y esa chispa puede durar algún tiempo encendida (a veces corto otras veces más largo) pero indefectiblemente el balde de agua llegará apagando ese incipiente fuego que se requiere mantener vivo el proyecto. Y así vamos "de fuego en fuego" intentando mantener la llama encendida y el balde a raya.
Los inmigrantes somos quizás uno de los grupos humanos más propensos a deprimirnos (y aquí me incluyo) por una cantidad de razones:
Hemos abandonado nuestra tierra y todo lo que nos resultaba naturalmente familiar.
Amigos, vecinos, trabajos, familia, colegas, incluso en algunos casos parejas, todos quedaron atrás. Eso en sí, ya es un duelo. Si le sumamos el hecho de perder algunos seres queridos mientras estamos afuera, ya el panorama comienza a ser más lúgubre.
Agreguemos una pandemia que ha arrasado con negocios, vidas, trabajos, planes y proyectos y tenemos el cóctel perfecto para sentirnos mal.
Creo que uno de los agravantes que tiene la depresión es la negación que muestran muchas personas a la búsqueda de ayuda: si a alguien le duele una muela no lo pensaría 2 veces antes de buscar un dentista.
Si tenemos un dolor en el pecho, de seguro iremos corriendo a la sala de emergencias del hospital más cercano, temiendo que pudiera ser un infarto. Sin embargo, podemos pasar semanas, meses y hasta años ignorando un problema de índole psicológico o emocional.
Como muchos de quienes me conocen saben, soy gran fanático de Anthony Bourdain, quien se quitó la vida producto de una depresión el 8 de Junio de 2018.
Cuesta creer para quienes estamos "del otro lado" que alguien quien aparentemente lo tenía todo, tuviera suficientes razones para querer terminar con su vida.
La fama, el éxito, el reconocimiento público, la admiración, el dinero, la libertad de llevar a cabo el proyecto que le diera la gana, no fueron suficientes.
Respecto al tema de la escritura, recuerdo haber leído alguna vez una entrevista donde Bourdain dijo: "Jamás he escrito algo que no haya sido publicado ". ¡Wow! Es difícil imaginar tal nivel de logro y sin embargo sentirse tan mal como para decidir poner fin a su vida.
Dicen que la hipertension es el asesino silencioso, ya que no presenta síntomas. Sin embargo creo que la depresión es 10 veces peor, porque los síntomas están allí, plenamente visibles para el que la padece y a veces para quienes le rodean. Y aún así, todos deciden hacerse la vista gorda y dejarlo pasar.
Quizás suene a lugar común, pero es un mensaje que hay que difundir de manera insistente: no hay que avergonzarse de buscar ayuda. No tiene nada de malo acudir a un profesional en busca de auxilio.
Los familiares y amigos pueden ser un gran apoyo, pero no son personas estudiadas y preparadas para lidiar con el problema. Además, rara vez son objetivos por el mismo hecho de ser "familia o amigos".
Y ni hablar de recurrir a sustancias como el alcohol o las drogas para "salir de la depresión". Son simples paliativos que pueden simular una mejoría temporal.
Pero al pasar su efecto, créanme que caerán a un nivel mas profundo que el lugar de donde estaban inicialmente.
Así que, estas son mis reflexiones sobre el tema de la depresión. Un tema lamentablemente demasiado familiar para mi pero del cual estoy plenamente consciente y decidido a no dejarme vencer.
Espero que este artículo haya servido de ayuda y me encantaría leer sus comentarios al respecto.
Si disfrutaste de este artículo, te agradecería que se lo reenviaras a algún amigo a quien le pueda interesar. Muchas gracias.