Hay que doblar el lomo

Doblar el lomo, es una expresión que tenía un significado particular para mi abuelo y para mí. A lo largo de los años fue cobrando cada vez mas sentido. Entérate aquí.

REFLEXIONES

3/10/20203 min leer

Un niño en el campo, junto a sus abuelos, cortando matas con un machete
Un niño en el campo, junto a sus abuelos, cortando matas con un machete

Siempre hay personas que de una u otra forma, dejan huella y nos influencian de por vida. Algunas veces para bien, otras para mal. En esta ocasión quisiera compartir una anécdota acerca de mi niñez, y de la cual el principal protagonista (aparte de mí) fue mi abuelo.

Mi abuelo (quien próximamente cumplirá 7 años de fallecido) fue un hombre excepcional, ejemplar. Vivió poco menos de 100 años, lo cual ya en sí es increíble.

A finales de los años 70 (sí, soy del siglo pasado) siendo yo un niño de menos de 10 años, me encontraba yo con mis abuelos en una pequeña casita que ellos tenían en la ciudad de Guarenas, a unos 45 minutos de Caracas. Mi abuela era de dicha ciudad y tengo gratos recuerdos de ir siendo muy pequeño con mis abuelos, a visitar la casa materna de mi abuela, cuando aún estaba viva su mamá (mi bisabuela ).

La casa en cuestión, estaba terminada en un 90%, por lo que había aun partes que no estaban listas, como por ejemplo un tanque de agua (que para mi primo y para mí era en realidad una PISCINA).

Uno de los atractivos principales, era el jardín. En esa ocasión me encontraba yo hurgando entre las distintas herramientas que había en un pequeño depósito, cuando de repente me topé con un hacha. Cuando era pequeño, sentía una fascinación por las hachas: me parecían increíbles por lo potentes y afiladas que eran. El solo hecho de saber que con esa herramienta uno era capaz de derribar inmensos árboles, era para mí algo alucinante. Entonces sin mucho preámbulo (léase SIN PEDIR PERMISO) me di a la tarea de llevar a cabo mi pequeña versión de una “mini-deforestación”.

Si alguno vio alguna vez la película "Depredador" (película que he visto no menos de 15 veces) protagonizada por mi ídolo Arnold Schwarzenegger recordarán una escena cuando uno de los protagonistas "Mac" (Bill Duke) ve a "Depredador" y todos comienzan a disparar a diestra y siniestra (esta es la escena) y al cabo de un par de minutos, habían dejado en el suelo cualquier cantidad de arboles.

Cabe destacar que al poco rato, al ser detectado por mi abuela, fui detenido en seco. Sobre todo por haber decapitado su tan preciado árbol de lechosa (también conocido como "Papaya".

Fue en ese momento en que mi abuelo intervino. Me preguntó: “¿Quieres trabajar en el jardín?” a lo cual le respondí que sí.

“Entonces toma el machete y limpia el monte, quita toda la maleza” me dijo. A mí me pareció genial la idea, así que comencé de inmediato.

Al cabo de escasos 20 o 30 minutos, ya exhausto y sudando a chorros, le dije: “Listo abuelo, ya terminé”. Cuando el salió a chequear el trabajo, luego de un rápido vistazo, me dijo con mirada como la de un detective que interroga a un sospechoso: “Pero…..¿Tu no doblaste el lomo, verdad?” pregunta que por supuesto no entendí en lo absoluto.

Acto seguido procedió a explicarme. Yo había cortado la maleza, casi sin agacharme, desde una cómoda posición prácticamente erguida. Por supuesto que el nivel de eficiencia que alcancé fue prácticamente nulo. Entonces él me dijo: “Cuando uno va a cortar el monte, tiene que doblar el lomo. Si no, no queda bien.”.Hasta allí quedó el episodio de mi incursión en el mundo de la jardinería (el cual siempre era recordado años después por mi abuelita, acerca de cómo “asesiné” su querida mata de lechosa).

Mucho tiempo después, siendo yo ya un adulto y comentando con mi abuelo algún tema sobre mi trabajo, él siempre me decía:” Recuerda que hay que doblar el lomo”. Lo cual se convirtió en una metáfora para querer decir que, en cualquier actividad que uno emprenda, hay que meterse de lleno, hacer el esfuerzo como debe ser y no simplemente dejarlo a medias.

Desde allí, la frase quedó como un código entre ambos. Cada vez que le contaba acerca de un nuevo trabajo, le decía “Estoy doblando el lomo abuelo”. Y él asentía.

Mi moraleja de esta pequeña anécdota: como emprendedores debemos siempre procurar dar el todo por el todo. Ningún esfuerzo es demasiado cuando se trata de levantar, de hacer crecer nuestro negocio, nuestro proyecto, nuestro sueño. Con hacer las cosas a medias, no logramos sino perder el tiempo, desgastarnos y desmotivarnos. Espero que esta anécdota les haya sido entretenida y les deje una pequeña enseñanza.

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