Los 3 pilares (Versión 2020)
Esta es una versión reeditada de mi articulo original, llamado “Los 3 pilares”, el cual escribí en 2010. Este nuevo artículo, lo escribí a escasos 2 días del fallecimiento de mi madre.
REFLEXIONES
12/26/20204 min leer


En Julio de 2010 escribí un artículo que siempre me ha gustado mucho y al cual con frecuencia hago referencia: "Los 3 pilares". Lo escribí en mi primer blog, llamado "Caracas ciudad invivible" y tiene que ver con la forma en que la conducta del ciudadano de a pie, impacta en el colectivo, como sociedad. A veces digo que si ese artículo fuera lectura obligatoria en primaria, Venezuela sería otra.
A raíz del fallecimiento en Marzo de 2019 de mi padrino, comencé a manejar la idea de reescribir una nueva versión de "Los 3 pilares", pero está vez refiriéndome a 3 personas (fallecidas) quienes habrían tenido profunda influencia en mi formación como persona y en mi vida en general. Por cosas de la vida, se me pasó el 2019 y nunca escribí el artículo . Luego llegó el 2020 con su cuarentena y sus cientos de horas muertas y tampoco lo escribí.
Ahora, terminando el 2020, a causa de la pérdida de mi madre hace menos de 2 días, decidí finalmente escribir el artículo. Entre otras razones, porque entendí que no fueron 3 pilares sino que ella fue mi cuarto pilar.
Lamentablemente ella nunca podrá leer este artículo (lo cual le hubiera encantado, ya que conocía muy bien a las personas a quienes hago referencia) pero a cambio de no leerlo, ahora formará parte de él.
Dedicado a Mami, mi cuarto pilar.....
LOS 3 PILARES (versión 2020)
Mi papá , Ariel Prat (fallecido en 2013), mi abuelo, Rafael Calderón (también fallecido en 2013) y mi padrino, Ricardo Márquez (fallecido en 2019).
En conjunto, estas 3 figuras moldearon de una u otra forma mi carácter y mi personalidad . Desde niño estando, expuesto a ellos, aprendí sobre muchísimas cosas, como la ética de trabajo, el trabajo duro, el profesionalismo y el valor de la familia.
Mi padre fue un trabajador excepcional. Jamás lo escuché quejarse de cansancio ni nada por el estilo , a pesar de llevar un ritmo de trabajo que hoy en día podría considerarse insano (un workaholic). Lo importante era alcanzar el objetivo y cumplir con lo que se esperaba de él . Fue así como a lo largo de casi 3 décadas, logró consolidarse como una de las personas claves dentro de la organización. Ejerciendo roles de gran importancia, en los más altos niveles de jerarquía de la empresa.
De igual manera, la dedicación que mi padrino tenía por su trabajo periodístico (el cual ejerció por 50 años) era digno de admiración. Largas jornadas laborales, siempre buscando la fuente para tener veracidad en sus escritos.
Sin embargo, ambos tenían algo en común: el tiempo de compartir con la familia era realmente tiempo PARA la familia. Las muchas vacaciones y viajes que pasamos ambas familias juntas, fueron un fiel testimonio de ello. Eran divertidos paseos, extensas y agradables comidas, visitas a obras de teatro o a museos, conocer parques o simplemente caminar por la ciudad. El trabajo quedaba (al menos en esos momentos) relegado a un segundo plano .
Mi abuelo fue el vivo ejemplo de un hombre de familia. No recuerdo haber conocido un matrimonio tan duradero como el de él y mi abuela (71 años) y se terminó porque él falleció a los 99 años. También fue periodista.
Lo recuerdo mucho escribiendo en una antigua máquina de escribir en su estudio de la casa. Luego llevaría sus artículos al periódico (en la era pre-internet y antes de los celulares). Más adelante los enviaría por el modernísimo "fax".
Pero más allá de su faceta como periodista, el lado que más tuve oportunidad de conocer de él, fue como hombre familiar.
Tuvo 3 hijas (mi madre y mis 2 tías) y fueron muchas las navidades en que nos reuníamos todos en su casa: hijos, nietos, bisnietos, primos, etc. a intercambiar regalos y comer en familia. Siempre tenía un sabio consejo para cada problema. Recuerdo que una vez le dio a mi prima un papelito donde le había anotado la receta para un matrimonio exitoso . Escribió simplemente 3 palabras:"Paciencia, tolerancia y respeto."
Mi mamá fue una suerte de combinación de todos estos rasgos: muy trabajadora desde joven, siempre me inculcó principios como la honestidad, el respeto (por la familia, por el trabajo, por la pareja). En ella encontré siempre un par de oídos atentos a escuchar cualquier problema y un par de hombros donde llorar.
Aprendí el valor de la amistad: como amiga, fue realmente excepcional. No importaba la hora ni el día, siempre estuvo allí para cuando algún amigo o amiga la necesitara.
A veces, al ver mi carácter un tanto radical o intolerante ante algunas situaciones, me aconsejaba dejar a un lado la soberbia y el orgullo . Quizás con el paso de los años , fue siendo más conciliadora que confrontadora, y asi me lo aconsejaba.
Prefería sufrir o vivir sus angustias en silencio, con tal de no permitir que los más cercanos a ella nos preocuparamos. Ese es el valor del sacrificio.
Tal vez necesite un artículo entero sólo para ella. Pero para concluir, sólo diré que es este cuarto pilar el que más me duele haber perdido. Sólo me queda dar eternas gracias por estos 4 pilares, que aunque no estén ya físicamente, están arraigados en mi cual tinta indeleble.
Si disfrutaste de este artículo, te agradecería que se lo reenviaras a algún amigo a quien le pueda interesar. Muchas gracias.