Mi posición ante la disciplina
Aprende acerca de la disciplina. Su concepto, sus beneficios, y como lograr tenerla. También acerca de las ventajas que nos proporciona tener disciplina en nuestra vida cotidiana.
AUTOAYUDA
6/9/20204 min leer


La disciplina es un tema sencillamente apasionante. La sola palabra infunde algo de respeto al escucharla. No es poco común escuchar en las familias cosas como: “A ese niño hay que enseñarle disciplina”, o “Quizás si mandamos al niño a la escuela militar, le inculquen algo de disciplina”.
Un comunicador/escritor/podcaster ex Navy Seal que sigo en redes sociales, llamado Jocko Willink , ha dicho en repetidas ocasiones que “La disciplina nos hará libres”.
Ante todo, hay que definir lo que es la disciplina. Mi definición favorita es esta: la DISCIPLINA no es más que la capacidad de hacer lo que SABEMOS que debemos hacer AUN CUANDO no tengamos el más mínimo deseo de hacerlo.
Pienso que el concepto de disciplina va de la mano del concepto de HABITO. Ya que definitivamente, para crear un nuevo hábito, hace falta disciplina, y bastante.
En líneas generales, se dice que los hábitos no se pueden borrar o eliminar, sino solo pueden ser REEMPLAZADOS por otros. De allí que el fumador no deja simplemente de fumar, sino que cambia el cigarrillo por el CARAMELO y por eso engorda. Este punto es debatible.
Lo que sí es poderosamente interesante es que un altísimo porcentaje de las cosas que hacemos cotidianamente, son hábitos. Los hábitos no son más que mini programas de computadora instalados en nuestro cerebro que corren de forma automática.
Los invito a hacer el siguiente ejercicio: cuando se levanten por la mañana y se cepillen los dientes, presten atención a como lo hacen: por cual lado de la boca empiezan (izquierdo o derecho), por arriba o por abajo, cuantas veces frotan el cepillo, etc. Se darán cuenta si lo verifican durante varios días, con PASMOSA PRECISIÓN que lo hacen de la misma manera siempre.
Al terminar de ducharnos, ¿Por dónde comienzan a secar su cuerpo? ¿Cómo agarran la toalla? Desde el baño, hasta la forma de sentarnos (o levantarnos) de la cama, somos un amasijo de hábitos ambulantes, sin estar conscientes de ello.
Este tema de la disciplina y el hábito ha ocupado mi mente muchísimo durante los últimos meses y es por lo siguiente:
Durante más de 30 años, fui asiduo practicante del entrenamiento con pesas. Inicialmente como fisicoculturista y más recientemente como levantador de potencia (Powerlifter).
Y siempre estuve convencido de que tenía el “hábito” de entrenar tan pero tan arraigado en mí, que sería prácticamente imposible dejarlo de hacer. Tenía pues una férrea disciplina de entrenamiento de más de 3 décadas.
Sin embargo, desde el momento que llegué a Sint Maarten (agosto de 2016) se me hizo imposible (por un sinnúmero de razones) seguir entrenando.
Mi “disciplina” alimentaria también se fue al traste. Empecé a ser el vivo anti-ejemplo de todo aquello que por tantos años prediqué: el entrenamiento regular, vigilar la alimentación, evitar el estilo de vida sedentario, etc.
Fue allí cuando me empecé a cuestionar mi supuesta disciplina y hábito de entrenar. Porque, si a ver vamos, el hecho de no estar inscrito en un gimnasio, no es impedimento para dejar de entrenar: existen muchísimas alternativas y opciones que se pueden hacer en la casa, para, si bien no AUMENTAR en fuerza y masa muscular, al menos se podría en buena medida preservar la que ya había.
En ese momento hice un importante descubrimiento: yo lo que era, era un RATON de gimnasio. Es decir, tenía el hábito de asistir rigurosamente a un gimnasio, MAS NO el hábito de hacer ejercicios. Son 2 cosas completamente distintas.
El que está habituado a entrenar, lo hace donde esté, con los implementos que tenga a la mano: hace flexiones, sale a trotar, hace burpees, salta cuerda, abdominales, tensión isométrica, etc.
Ese, lamentablemente, no era yo. Lo mío era o gimnasio o nada. Y así fue por varios años. Mientras vi como la masa muscular iba declinando mientras aumentaba mi porcentaje de grasa corporal. Mi peso no varió mucho durante estos años, pero sí mi composición (menos musculo y más grasa).
El tema de la pandemia me hizo reflexionar y retomar el rumbo perdido. Empecé tímidamente con un challenge de hacer 100 flexiones (push-ups) al día por 30 días. Confieso que el primer día, apenas podía hacerlas de 10 en 10. Ya al final del mes, estaba haciendo 30-30-20-20. Pero más allá de cuantas flexiones logré hacer, lo importante es que había instaurado un nuevo hábito: el de entrenar a diario como fuera.
Desempolvé mis amadas bandas elásticas (se usan en el gimnasio para ayudar o para hacer más difíciles los ejercicios) y hasta me fabriqué con ayuda de un amigo soldador, una rudimentaria pesa casera (con 2 rines de caucho y un tubo).
Descubrí increíbles tutoriales en YouTube donde se aprende a hacer pesas con botellas de agua llenas de arena, etc. Había encendido nuevamente la llama……el piloto que luego de 30 años se había extinguido, volvió a funcionar.
Cambié la cerveza diaria por el batido de proteínas, hice el ayuno intermitente por varios meses, logrando perder 14 kilos y disminuyendo en 5% mi porcentaje de grasa corporal (esto fue antes de empezar a entrenar) y mi autoestima había mejorado también.
Mi aprendizaje de todo esto, y que deseo compartir con todos, es que la disciplina y los hábitos no son algo estáticos, tallados en piedra. Por el contrario, al igual que los músculos, debemos trabajarlos diariamente, para que se fortalezcan y trabajen por nosotros.
Por eso, recuerden elegir CUIDADOSAMENTE sus hábitos, ya que, una vez instalado ese software, será muy complicado desinstalarlo.
Esto aplica para todo: si deseas leer diariamente, comer bien, meditar, rezar, estudiar, trabajar en el desarrollo de tus proyectos personales o emprendimientos, aprender un idioma o desarrollar alguna destreza. La disciplina va de la mano con los hábitos, así que si deseas una herramienta que te puede ayudar a crear los mejores hábitos, entra aquí.
Como siempre, espero haberles traído información útil y que puedan comenzar a aplicar desde ya.
Déjenme saber sus comentarios.
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