Expectativa vs realidad: versión Francia

Lee aquí cómo las expectativas elevadas afectan nuestra salud mental y adaptación cultural como inmigrantes. Aprende estrategias prácticas para liberarte del peso de la perfección en "Expectativa vs realidad: versión Francia".

MIGRACION

4/29/202510 min leer

En días recientes tuve la oportunidad de ver una pelea de MMA entre 2 grandes del mundo del deporte. Se trataba de Eddie Hall y Mariusz Pudzianowski, ambos ganadores (en su momento) de varios títulos como el “Hombre más fuerte del mundo”, disciplina que he seguido desde hace más de 30 años.

¡La tan anunciada pelea (la cual esperé con ansias) duró literalmente 30 segundos! En ese momento empecé a reflexionar sobre lo que son las expectativas versus la realidad, y decidí hacer este artículo.

¿Alguna vez has sentido que la vida parece estar siempre un paso por delante de tus expectativas? ¿O que por más que te esfuerzas, la realidad nunca alcanza ese ideal que habías imaginado? Si es así, no estás solo. Hoy vamos a hablar de un tema que todos enfrentamos, pero pocos nos atrevemos a cuestionar: nuestras altas expectativas y el precio silencioso que pagamos por ellas.

La trampa invisible de las expectativas elevadas

Cuando llegué a Francia hace algunos años, mi maleta venía cargada no solo de ropa y recuerdos de Venezuela, sino también de expectativas. Expectativas sobre cómo sería mi vida aquí, lo rápido que dominaría el francés, lo fácil que sería conseguir trabajo en mi campo, lo acogedor que resultaría este nuevo país.

La realidad, como suele suceder, tenía otros planes.

Las expectativas son como esos filtros que vemos en Instagram: hacen que todo se vea más brillante, más perfecto y más accesible de lo que realmente es. Y cuando la vida nos muestra su versión sin filtros, el choque puede ser devastador.

El efecto psicológico de las altas expectativas

Los psicólogos lo llaman "brecha de expectativas": la distancia entre lo que esperamos y lo que obtenemos. Esta brecha tiene efectos reales en nuestro bienestar:

  • Ansiedad anticipatoria: Mientras más altas son nuestras expectativas, mayor es la presión que sentimos antes de que los eventos ocurran.

  • Decepción crónica: Nos acostumbramos a vivir en un estado de perpetua insatisfacción.

  • Síndrome del impostor: "No soy suficiente" se convierte en nuestro mantra silencioso.

  • Parálisis por análisis: El miedo a no alcanzar lo esperado nos impide incluso comenzar.

  • Comparación constante: Medimos nuestra realidad contra un ideal inalcanzable.

Un estudio de la Universidad de Stanford reveló que las personas con expectativas más flexibles reportan niveles más altos de satisfacción vital que aquellas con expectativas rígidas y elevadas. No es que debamos renunciar a aspirar, sino preguntarnos: ¿al servicio de qué están nuestras expectativas?

El fenómeno migratorio y las expectativas infladas

Para quienes hemos emigrado, esta trampa es particularmente peligrosa. Dejamos nuestro país natal con una maleta llena de sueños y la certeza de que "allá todo será mejor". Construimos un castillo de expectativas:

  • Dominaremos el idioma en cuestión de meses

  • Conseguiremos trabajo en nuestro campo inmediatamente

  • Nos adaptaremos a la cultura sin problemas

  • Haremos amigos locales rápidamente

  • Mantendremos intacta nuestra identidad mientras nos integramos perfectamente

La realidad suele ser muy diferente. El idioma se resiste, los trabajos disponibles no siempre coinciden con nuestra formación, la adaptación cultural es un proceso largo y complejo, las amistades locales requieren tiempo y esfuerzo, y nuestra identidad se transforma inevitablemente en el proceso.

"Vine a Francia pensando que en seis meses hablaría francés como un parisino. Tres años después, todavía me piden que repita las frases y me preguntan de dónde soy. Esa expectativa no cumplida me hizo sentir fracasado durante mucho tiempo, hasta que entendí que el aprendizaje tiene su propio ritmo." (venezolano anónimo en Lyon desde 2019)

El origen de nuestras expectativas desmedidas

¿De dónde vienen estas expectativas que nos agobian? Identificar su origen es el primer paso para liberarnos de ellas:

1. Las redes sociales y la cultura del éxito instantáneo

Vivimos bombardeados por historias de éxito editadas. Vemos el resultado final, pero rara vez el proceso, los fracasos y las dudas. Instagram, LinkedIn, TikTok... todos muestran vidas perfectamente curadas donde el éxito parece fácil y rápido.

Los "influencers" que muestran su vida perfecta en Francia rara vez comparten las noches de llanto por la nostalgia, los rechazos laborales o la soledad inicial. Consumimos estas narrativas y pensamos: "si ellos pudieron, yo también debería poder... y rápido".

2. La presión familiar y cultural

"¿Cuándo consigues un mejor trabajo?" "¿Por qué todavía no hablas francés perfectamente?" "¿Cuándo comprarás una casa?" Las expectativas familiares se suman a las nuestras, creando una presión duplicada.

En la cultura latina, además, existe una fuerte presión por demostrar que la decisión de emigrar fue correcta. Sentimos que debemos justificar nuestras elecciones mostrando un éxito rápido y contundente.

3. Nuestro pasado y la identidad profesional

Muchos de nosotros ocupábamos posiciones de prestigio en Venezuela. Éramos ingenieros, médicos, profesores universitarios, empresarios. Al emigrar, esperamos recuperar ese estatus rápidamente, sin considerar los obstáculos sistémicos, la homologación de títulos o las diferencias culturales en el ambiente laboral.

4. La narrativa del "sueño europeo"

Así como existe el "sueño americano", hemos construido un "sueño europeo" donde Francia representa refinamiento, oportunidades y una vida de calidad instantánea. Esta narrativa ignora las complejidades reales de la sociedad francesa, sus propios problemas y contradicciones.

Los efectos silenciosos de las expectativas elevadas en nuestra vida diaria

Las expectativas no son entidades abstractas; tienen consecuencias concretas en nuestra cotidianidad:

En nuestras relaciones

Las expectativas elevadas envenenan nuestras relaciones. Esperamos que nuestra pareja adivine nuestras necesidades, que nuestros amigos entiendan perfectamente nuestras circunstancias como inmigrantes, que nuestros colegas valoren inmediatamente nuestras capacidades.

Cuando esto no ocurre, la decepción se convierte en resentimiento. No es coincidencia que muchas relaciones de pareja entren en crisis durante los procesos migratorios. Las expectativas no comunicadas se convierten en bombas de tiempo emocionales.

En nuestra salud mental

Algunos psicólogos especializados en migrantes latinoamericanos en Europa, señalan: "El desfase entre expectativas y realidad es uno de los principales factores detrás de la depresión en población migrante. Es lo que yo llamo 'el duelo invisible': no solo lamentamos lo que dejamos atrás, sino también la vida imaginada que no llegó a materializarse."

Los síntomas pueden incluir:

  • Insomnio crónico

  • Irritabilidad

  • Sentimientos de fracaso

  • Ansiedad generalizada

  • Síntomas físicos como dolores de cabeza o problemas digestivos

En nuestras finanzas

Las expectativas irreales nos llevan a decisiones financieras cuestionables. Queremos mantener el nivel de vida que teníamos (o el que imaginamos que "deberíamos" tener), lo que puede llevarnos a:

  • Gastos excesivos en ropa o accesorios para "parecer exitosos"

  • Alquileres por encima de nuestras posibilidades

  • Préstamos para financiar un estilo de vida insostenible

  • Postergar el ahorro porque "pronto" ganaremos más

En nuestra identidad y autoestima

Quizás el efecto más profundo ocurre en cómo nos percibimos a nosotros mismos. Cuando fallamos en alcanzar nuestras expectativas, no interpretamos esto como un problema de expectativas inadecuadas, sino como una falla personal.

"No soy lo suficientemente inteligente." "No me estoy esforzando lo suficiente." "Tal vez no merezco el éxito." Estos pensamientos erosionan lentamente nuestra autoestima y alteran nuestra identidad.

El camino hacia expectativas saludables: realismo sin renunciar a los sueños

Liberarnos de las expectativas tóxicas no significa renunciar a nuestros sueños o conformarnos con menos. Se trata de encontrar un equilibrio que nos permita aspirar sin autodestruirnos en el proceso.

1. Practica la aceptación radical del presente

La aceptación radical es reconocer la realidad tal como es, sin juzgarla. Es decir: "Llevo un año en Francia y todavía me cuesta comunicarme en francés. Esta es mi situación actual, ni buena ni mala, simplemente es."

Este enfoque mindfulness nos permite partir desde donde realmente estamos, no desde donde creemos que "deberíamos estar".

2. Distingue entre expectativas y esperanzas

El psicólogo Martin Seligman, padre de la psicología positiva, diferencia estos conceptos:

  • Expectativas: Demandas rígidas sobre cómo debe ser la realidad

  • Esperanzas: Deseos flexibles que reconocen la incertidumbre

Cambiar nuestro lenguaje interno de "Debería estar ya hablando francés fluidamente" a "Espero seguir mejorando mi francés con práctica constante" libera una presión enorme.

3. Celebra el progreso, no solo los resultados finales

En nuestra obsesión por las grandes metas, olvidamos celebrar los pequeños avances. Poder mantener una conversación básica en francés es un logro. Conseguir un trabajo, aunque no sea en tu campo, es un paso. Hacer un amigo local es un triunfo.

Llevar un "diario de progresos" donde anotemos estos pequeños éxitos puede transformar nuestra percepción.

4. Cultiva la flexibilidad adaptativa

La rigidez es enemiga de la felicidad, especialmente para quienes hemos emigrado. Las circunstancias cambian, los planes se alteran, las oportunidades no previstas surgen.

La flexibilidad adaptativa nos permite ajustar nuestras expectativas según la información nueva que recibimos. No es rendirse, es ser estratégico.

5. Rodéate de perspectivas realistas

Busca comunidades de inmigrantes que hablen con honestidad sobre los desafíos y las victorias. Historias auténticas que muestren tanto las luces como las sombras del proceso migratorio. Estas narrativas honestas nos ayudan a calibrar nuestras expectativas.

En París, Lyon, Marseille y otras ciudades francesas existen grupos de venezolanos donde se comparten experiencias sin filtros. Estas comunidades son tesoros de sabiduría colectiva.

Las expectativas en diferentes ámbitos de la vida: un análisis práctico

En el aprendizaje del idioma

Expectativa irreal: "Hablaré francés con fluidez en 6 meses" Expectativa saludable: "Cada semana incorporaré nuevo vocabulario y me expondré al idioma diariamente, celebrando mi progreso gradual"

El aprendizaje de idiomas es notoriamente difícil de predecir y varía enormemente según la persona. Factores como la edad, exposición previa a idiomas similares, tiempo disponible para practicar y hasta nuestro entorno social influyen significativamente.

En el ámbito laboral

Expectativa irreal: "Conseguiré un trabajo equivalente al que tenía en Venezuela inmediatamente" Expectativa saludable: "Cada experiencia laboral, aunque no sea ideal, me brinda conocimientos sobre el mercado laboral francés y amplía mi red profesional"

El mercado laboral francés tiene sus propias reglas no escritas, y reconocerlas lleva tiempo. La valoración de la experiencia internacional varía según el sector, y a veces es necesario dar "un paso atrás para dar dos adelante".

En las relaciones sociales

Expectativa irreal: "Tendré un círculo social tan amplio como el que tenía en Venezuela" Expectativa saludable: "Construiré nuevas conexiones gradualmente, valorando tanto las amistades con otros latinoamericanos como los vínculos con locales"

La forma de socializar en Francia difiere notablemente de la latinoamericana. Las invitaciones a casas son menos frecuentes, las amistades se desarrollan más lentamente pero suelen ser más duraderas, y los límites entre lo personal y profesional están más marcados.

La neurociencia detrás de las expectativas: por qué nuestro cerebro se resiste a soltarlas

Nuestro apego a las expectativas elevadas tiene raíces biológicas. El cerebro humano está programado para:

1. Buscar predictibilidad: Las expectativas nos dan la ilusión de control sobre un futuro inherentemente incierto

2. Evitar la disonancia cognitiva: Nos cuesta reconocer que nuestras creencias sobre el futuro eran erróneas

3. Activar el sistema de recompensa: La mera anticipación de resultados positivos libera dopamina

El neurocientífico Antonio Damasio explica que las expectativas crean "marcadores somáticos" —sensaciones corporales asociadas a resultados anticipados. Cuando la realidad contradice estas expectativas, experimentamos no solo decepción mental sino también malestar físico real.

Comprender estos mecanismos nos ayuda a ser más compasivos con nosotros mismos cuando nos aferramos a expectativas poco realistas.

Expectativas colectivas: el peso de representar a Venezuela

Un fenómeno particular entre los inmigrantes es la "carga representativa": sentimos que representamos a nuestro país entero y que nuestro éxito o fracaso individual será interpretado como un reflejo de todos los venezolanos.

Esta presión colectiva amplifica nuestras expectativas personales. No solo queremos tener éxito por nosotros mismos, sino para "dejar en alto el nombre de Venezuela" y "demostrar que los venezolanos somos trabajadores".

Liberarnos de esta responsabilidad imaginaria es fundamental. Tu camino es tuyo, con sus tiempos y peculiaridades. No eres embajador ni representante de todos los venezolanos; eres un individuo navegando circunstancias complejas lo mejor que puedes.

Cómo practicar expectativas saludables: ejercicios prácticos

1. El ejercicio del peor escenario razonable

Antes de emprender un nuevo proyecto o etapa, pregúntate:

  • ¿Qué es lo mínimo aceptable que podría resultar de esto?

  • ¿Podría vivir con ese resultado?

  • ¿Qué aprendería incluso si solo alcanzo ese mínimo?

Este ejercicio calibra nuestras expectativas y nos prepara mentalmente para un rango de resultados posibles.

2. La técnica del observador neutral

Cuando te encuentres frustrado porque la realidad no coincide con tus expectativas, imagina cómo describiría tu situación alguien neutral, sin tus expectativas previas:

"Una persona que lleva 8 meses en un país nuevo, ha aprendido básicos del idioma, tiene un trabajo temporal y está construyendo nuevas conexiones sociales." Vista así, sin el filtro de las expectativas, ¿no parece en realidad un logro considerable?

3. Desafiando creencias limitantes

Identifica las creencias detrás de tus expectativas mediante el método socrático:

  • "Debería hablar francés perfectamente después de un año"

  • ¿De dónde viene ese "debería"?

  • ¿Es este un estándar que aplicaría a un amigo en mi situación?

  • ¿Qué evidencia tengo de que este tiempo es "normal" o "suficiente"?

  • ¿Estoy considerando mis circunstancias particulares (horas disponibles para estudiar, exposición al idioma, etc.)?

4. El diario de gratitud adaptativa

La gratitud adaptativa consiste en apreciar no solo lo bueno, sino también cómo los desafíos y las expectativas no cumplidas nos han transformado positivamente:

"Aunque no conseguí el trabajo que esperaba, esta experiencia me ha enseñado resiliencia y me ha llevado a explorar campos que nunca habría considerado."

Conclusión: Expectativas como brújulas, no como destinos

Las expectativas no son inherentemente negativas. Como brújulas, pueden orientar nuestros esfuerzos y darnos dirección. El problema surge cuando las confundimos con destinos fijos e inamovibles. La vida del inmigrante es, por definición, un ejercicio de adaptación constante. Nuestras expectativas también deben adaptarse.

Quizás la expectativa más valiosa que podemos cultivar es precisamente esta: esperar lo inesperado. Estar abiertos al cambio. Valorar el aprendizaje tanto como el logro. Recuerda que tu valor como persona no depende de cumplir expectativas predeterminadas. La verdadera libertad comienza cuando nos permitimos redefinir el éxito en nuestros propios términos, considerando nuestras circunstancias únicas y celebrando nuestro camino particular.

Como venezolanos en Francia, llevamos dentro la extraordinaria capacidad de adaptación que caracteriza a nuestro pueblo. Esa flexibilidad, más que cualquier expectativa rígida, es nuestro verdadero superpoder en esta aventura llamada migración. Y no debes sentirte mal si experimentas las cosas que hemos comentado aquí. Todo forma parte del duelo migratorio.

Y tú, ¿qué expectativas necesitas revisar hoy?

Si este artículo te ha parecido útil, aplicable a ti o a alguien que aprecias, envíaselo. Gracias por leer, compartir y comentar.