¿Por qué los franceses evitan hablar de dinero? Descúbrelo aquí

Entiende por qué los franceses evitan hablar de dinero, una norma cultural que desconcierta a muchos latinoamericanos. En este artículo exploramos el origen histórico de este tabú, sus consecuencias sociales y cómo adaptarse a esta realidad siendo inmigrante. Una guía honesta y reveladora para entender mejor la cultura francesa desde dentro.

VIDA EN FRANCIA

5/1/20254 min leer

He vivido en Francia el tiempo suficiente para acostumbrarme a muchas peculiaridades culturales: el ritual sagrado de decir "bonjour" antes de cualquier interacción, la puntualidad para la cena (pero no para las citas), y hasta la extraña costumbre de mantener las persianas cerradas durante el día. Sin embargo, hay un comportamiento que sigue desconcertándome como venezolano: el profundo, casi religioso tabú de hablar sobre dinero.

El choque cultural que no vi venir

En Venezuela, como en gran parte de Latinoamérica, compartir información financiera es prácticamente un deporte nacional. "¿Cuánto te costó ese carro?", "¿Cuánto ganas en tu nuevo trabajo?", o "¿Cuánto pagaste por tu apartamento?" son preguntas que hacemos con la misma naturalidad con que comentamos el clima.

Mi primer choque cultural relacionado con el dinero ocurrió durante una búsqueda de empleo online (entre docenas o cientos de ellas que he realizado), me sorprendió que no pocas ofertas de trabajo NO MOSTRABAN el sueldo ofrecido. En un principio pensé que quizás era un error.

Pero luego, conversando con otro amigo venezolano que tiene varios años en Francia antes que yo, me contó que incluso en charla explicativas, acerca de una formación que el iba a recibir (formación remunerada), el tema se evitaba por completo, a pesar de que él lo preguntó abierta y directamente. La respuesta fue que eso no era un tema relevante.

¿En que cabeza cabe no saber cuanto vamos a ganar en un trabajo, antes de comenzar incluso el proceso de entrevistas?

Un tabú con raíces históricas profundas

Con el tiempo, he ido comprendiendo que esta reticencia no es simple pudor. Tiene raíces históricas y culturales complejas:

1. La influencia aristocrática: Históricamente, la nobleza francesa consideraba vulgar hablar de dinero. Los verdaderos aristócratas simplemente "tenían" fortuna, no la "ganaban". Este desdén aristocrático hacia las conversaciones pecuniarias se filtró a todas las capas sociales.

2. El ideal republicano: Después de la Revolución, Francia abrazó ideales igualitarios donde el mérito debía importar más que la riqueza. Hablar constantemente de dinero contradice esta aspiración social.

3. El catolicismo y la discreción: A diferencia del protestantismo que ve en la prosperidad económica una señal de bendición divina, el catolicismo francés tradicionalmente ha mantenido una relación más ambivalente con la riqueza.

4. El Estado protector: El sistema francés de seguridad social, educación pública y subsidios diversos crea un contexto donde la importancia individual del dinero queda parcialmente diluida, al menos en teoría.

¿Qué asuntos financieros son tabú exactamente?

Lo curioso es que no todos los temas relacionados con el dinero están prohibidos. He aprendido a distinguir cuáles son los verdaderos tabúes:

Rotundamente prohibido mencionar:

  • Tu salario o el de otros

  • El costo preciso de tu propiedad

  • Tu patrimonio neto

  • Cuánto heredaste o esperas heredar

Se puede hablar con cautela sobre:

  • El aumento general del costo de vida (¡un tema nacional!)

  • Consejos para ahorrar en gastos cotidianos

  • Quejas sobre impuestos (aunque sin revelar cuánto pagas)

  • El precio de restaurantes o servicios públicos

Curiosamente aceptable:

  • El precio de ciertos productos cuando representan una "buena oferta"

  • El costo de unas vacaciones (pero de forma vaga)

  • Mencionar dificultades financieras generales (sin entrar en detalles específicos)

Consecuencias inesperadas para un latino

Esta opacidad financiera produce situaciones que para nosotros los latinos resultan desconcertantes:

El misterio salarial: En Venezuela, tras una semana en un nuevo trabajo, ya sabes aproximadamente cuánto gana cada compañero. En Francia, puedes trabajar años junto a alguien sin tener la menor idea de su nivel salarial.

La ayuda indirecta: Cuando un amigo francés tiene problemas económicos, rara vez lo mencionará directamente. En su lugar, podría comentar que "este mes está complicado" o que "está buscando optimizar gastos".

Aprendiendo a navegar el silencio financiero

Con el tiempo, he desarrollado estrategias para funcionar en este paisaje de ambigüedad económica:

1. Observar en lugar de preguntar: Los franceses comunican mucho sobre su situación financiera a través de señales indirectas: la zona donde viven, sus vacaciones, su consumo cultural. He aprendido a "leer" estas señales sin necesidad de preguntas directas.

2. Utilizar rangos y aproximaciones: Si debo hablar de costos, he adoptado el hábito francés de usar términos vagos como "dans les prix" (dentro del rango de precios) o "raisonnable" (razonable).

3. Reconocer cuándo el tabú se flexibiliza: Con amigos muy cercanos, después de años de relación, el tabú puede aflojarse ligeramente. Pero incluso entonces, la conversación se mantiene más genérica que específica.

4. Entender que no es frivolidad, sino privacidad: Este silencio no significa que los franceses sean superficiales o que el dinero no les importe. Al contrario, lo consideran tan importante que pertenece al ámbito estrictamente privado.

Las ventajas inesperadas del tabú

Aunque inicialmente frustrante, he descubierto beneficios en esta discreción financiera:

  • Menos comparaciones, menos ansiedad: Al no saber exactamente quién gana qué, disminuye la tendencia a compararse constantemente con otros.

  • Relaciones basadas en afinidades reales: Las amistades se forman por intereses comunes y compatibilidad personal, no por similitud de nivel adquisitivo.

  • Mayor privacidad: Mis finanzas son, efectivamente, solo asunto mío.

  • Enfoque en otros valores: Las conversaciones giran alrededor de ideas, experiencias y cultura, no de adquisiciones y costos.

Cuando los mundos colisionan

La parte más divertida viene cuando estos dos enfoques culturales se encuentran. He presenciado la incomodidad de franceses cuando un venezolano recién llegado a Francia, provoca expresiones de horror al preguntar abiertamente sobre salarios o costos de vivienda.

Después de años navegando entre estas dos aproximaciones tan distintas al dinero, he encontrado mi propio equilibrio. Mantengo cierta discreción francesa que ahora aprecio, pero conservo la autenticidad y pragmatismo latinoamericano para hablar de finanzas cuando es realmente útil o necesario.

Como tantos aspectos de la vida del inmigrante, no se trata de abandonar completamente tu cultura original ni de adoptar ciegamente la nueva, sino de crear tu propio espacio intermedio, tomando lo mejor de ambos mundos.

Y tú, ¿has experimentado este tabú financiero en Francia? ¿O algún otro tabú cultural que te haya sorprendido? Comparte tu experiencia en los comentarios.

PD: Si te preguntas cuánto me pagan por escribir este artículo... bueno, digamos que estoy aprendiendo a ser un poco más francés al respecto. Sin embargo, te invito a que visites la pestaña APOYAME, si deseas colaborar con el mantenimiento del BLOG.